domingo, 7 de septiembre de 2008

IMPACTO ESPERANZA

El sábado 6 de septiembre fue elegido por la Iglesia Adventista del Séptimo día como el Día de la Esperanza para toda Sudamérica. Nuestra iglesia participó activamente dando a conocer la razón de nuestra esperanza: la segunda venida de Cristo. En una zona de más de 50 manzanas próximas a nuestra iglesia, grupos de hermanos, visitaron cada hogar entregando personalmente folletos y revistas "Viva con Esperanza". Los jóvenes trabajaron valientemente en las zonas del Centro Comercial Carrefour entregando folletos y pegando autoadhesivos a los vehículos que circulaban por las Avenidas Ferré y Chacabuco. Se visitó el Hospital Pediátrico Juan Pablo II llevando esperanza a cada habitación y distribuyendo material en las salas de espera.
Aproximadamente, se entregaron unos 2.500 folletos y más de 1.700 revistas masivamente.

A continuación, fotos de los diferentes lugares donde se trabajó para causar un verdadero IMPACTO ESPERANZA.

Cartel colocado en la casa del hermano Juan B. Lencina










Cartel esquina Reconquista y Av. Independencia


La iglesia en pleno el sábado de mañana, preparada para salir a distribuir las Revistas y volantes.










Los niños que quedaron el la iglesia no perdieron la oportunidad de distribuir Revistas y volantes a todo el que pasara por el frente de la misma

Semáforo de Gob. Martínez y Poncho Verde










Esquina calles Irigoyen y Av. Artigas










Grupo de Jóvenes que estuvo frente al Carrefour distribuyendo volantes a transeúntes y autos que pasaran por las Avenidas Chacabuco y Ferré


En el Hospital Pediátrico



















BANCO MACRO CORRIENTES: Empleados del banco reciben la Revista + el libro Esperanza para Vivir


Estas son sólo algunas fotos del gran trabajo relizado por todos nuestros hermanos. Sabemos que hubo muchos otros valientes a los que no pudimos retratarlos con fotos, pero que trabajaron esforzadamente para difundir la Esperanza que late en nuestros corazones. Dios bendiga el trabajo realizado ese sábado para que esa pequeña semillita sembrada pueda dar frutos y crecer por la gracia de Dios.

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